En 2017 saltaba a todas las portadas el anuncio de Tesla de levantar una enorme instalación de baterías en Australia. Un movimiento que de un golpe puso sobre la mesa el potencial de las baterías de respaldo para la red principalmente gracias a la apuesta de Elon Musk de completar la instalación en 90 días, o de lo contrario pagarían ellos mismos el coste de la misma. Un proyecto que ahora sufrirá una enorme ampliación fruto de los excelentes resultados cosechados hasta el momento.
La empresa francesa Neoen, propietaria del parque de Hornsdale, al sur de Australia, contará con su primera ampliación que permitirá elevar la capacidad un 50%, añadiendo 50MW/64.5MWh y elevando la cifra final hasta los 100MW de potencia y 150 MWh de capacidad. Algo que le permitirá de momento seguir manteniendo el título como la mayor de su clase en el mundo y que supondrá una inversión de 71 millones de dólares.
Según la empresa, esta instalación ha ayudado a estabilizar la red y mitigar la intermitencia de fuentes como la eólica. Algo que ha permitido reducir el uso de fuentes de respaldo más costosas como el gas. Algo que ha permitido sólo en su primer año ofrecer un ahorro a los consumidores de 50 millones de dólares australianos, unos 30.7 millones de euros al cambio.
Pero sin duda el principal beneficio de esta planta es que ha servido de catalizador para la expansión de las energías renovables, además de futuras instalaciones de baterías como la que prepara la también francesa Total en el parque solar de Kiamal, donde instalarán una gigantesca batería de 270 MWh, mientras que EPS Energy trabaja en la puesta en marcha de un parque de baterías en Nueva Gales de Sur de 140 GWh que servirán de respaldo a una granja solar de 280 MW.
La propia Neoen también ha confirmado los planes para construir un enorme complejo de renovables en el sur de Australia, incluido el almacenamiento de baterías que podría empequeñecer a Hornsdale. El proyecto Goyder South incluirá hasta 1.200 MW de generación eólica, 600 MW de energía solar, y nada menos que 900 MWh de almacenamiento de baterías, todo con una inversión cercana a los 1.000 millones de dólares.
Inversiones en las que Tesla tendrá un gran protagonismo y que permitirá elevar la rentabilidad de una división de energía que se ha puesto en duda en los últimos meses, pero que parece contar como vemos con un brillante futuro por delante.