En un plazo de diez años, los países del centro y sudeste europeo podrían cubrir el 34% de su creciente demanda energética de forma rentable con energías renovables, según un nuevo informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA). Con ello, ahorrarían unos 3.000 millones de euros al año en costes de energía, pero los beneficios totales para la sociedad serían muchos mayores, llegando hasta los 35.000 millones anuales.
La agencia estima que se necesitan inversiones adicionales de 78.000 millones de euros de aquí a 2030 para que los miembros de la iniciatriva CESEC puedan construir un sistema energético que dependa sustancialmente menos de los combustibles fósiles importados y que, al mismo tiempo, proporcione energía a costes competitivos. La aceleración de la adopción de energías renovables en la región reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 21% más de lo previsto con las políticas actuales, cifra comparable a lo que emiten en estos momentos conjuntamente Rumania y Bulgaria.
"Al situar las inversiones, los reglamentos y las políticas de transición energética en el centro del desarrollo económico de la región, los encargados de la formulación de políticas pueden aliviar simultáneamente el impacto socioeconómico de la pandemia Covid-19, estimular la recuperación ecológica y la creación de empleo sostenible, y acelerar la transformación del sector energético", señalan desde IRENA. La agencia estima que con las medidas de estímulo adecuadas, la proporción de energías renovables en la mezcla energética de los miembros de la CESEC alcanzaría entre el 23% y el 56% en 2030.