España y la Agencia Internacional de la Energía (AIE) organizarán el próximo 2 de octubre en Madrid la Cumbre Internacional sobre Clima y Energía centrada en la urgencia de acelerar la transición hacia una energía limpia, coincidiendo con el semestre de presidencia española de la Unión Europea (UE).
La vicepresidenta del Gobierno español, Teresa Ribera, y el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, han anunciado la celebración de esta cumbre que reunirá a ministros, responsables empresariales del sector industrial y financiero y representantes de la sociedad civil a pocas semanas de la COP28, la conferencia de la ONU sobre el cambio climático, programada en noviembre.
El empuje de las renovables
Según la AIE, el objetivo es “construir una gran coalición” para acelerar la marcha hacia el objetivo fijado por el Acuerdo de París de diciembre de 2015 para intentar limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados respecto a la era preindustrial.
Un objetivo que exige, según los cálculos de la propia agencia, que las emisiones de gases de efecto invernadero alcancen su máximo antes de 2025 y a continuación empiecen a disminuir para alcanzar un volumen cero neto como muy tarde en 2050.
Eso requiere que el sector de la energía asuma un mayor protagonismo en la transición con “políticas firmes y acciones tangibles” y la cumbre es una oportunidad para “enviar una señal clara al mundo” a ese respecto, para reiterar que el objetivo de 1,5 grados se puede alcanzar y llevar así “una línea firme” a la COP28.
Según Birol, “ha llegado el momento de que los líderes mundiales de la energía y el clima adopten una postura conjunta”, y de unirse en “una gran coalición” de gobiernos, industria energética, inversores y sociedad civil “comprometidos con la reducción de las emisiones” y al mismo tiempo “salvaguardando la seguridad energética“.
En una línea paralela, Ribera afirma en el comunicado que hay que aunar voluntad política y liderazgo para “acelerar la acción por el clima” y los esfuerzos para contener el aumento de la temperatura mundial por debajo de 1,5 °C.
Eso implica “crear las condiciones para un mundo sin combustibles fósiles más seguro y saludable”, según la ministra española, que añadió el carácter crucial que tienen para eso el despliegue urgente de las energías renovables y de “nuevos vectores energéticos como el hidrógeno renovable”