Tras años de crecimiento sostenido, impulsado por la crisis de precios en la electricidad y las ayudas públicas, el sector del autoconsumo solar parece haber alcanzado un punto de inflexión en España. El escenario, que antes mostraba una curva ascendente, ahora enfrenta desafíos significativos que afectan especialmente al segmento residencial, haciendo saltar las alarmas entre empresas dedicadas al mismo como es el caso de Solarprofit y Holaluz.
Solarprofit, una empresa con sede en Llinars del Vallès y cotizada en el BME Growth, ha tomado la difícil decisión de implementar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), que resultará en la pérdida de empleo para el 90% de su personal. La caída en la demanda de instalaciones solares residenciales y comerciales ha obligado a Solarprofit a reestructurarse y reducir su capacidad operativa.
El fenómeno de precios negativos en el mercado mayorista de la electricidad ha exacerbado la situación. La sobreoferta de energía renovable, combinada con una reducción en la demanda y la limitada capacidad de conexión de España, ha provocado una saturación del mercado. Esto ha llevado a que los productores ofrezcan su electricidad a precios cercanos a cero, lo que ha impactado negativamente en los ingresos del sector del autoconsumo.
José Donoso, director general de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), ha señalado por su parte a este medio que la desaceleración se debe principalmente a la caída de los precios de la energía y al agotamiento de las subvenciones del programa Next Generation. Esta combinación ha impactado la percepción de los consumidores, quienes ven la energía como algo prácticamente gratuita, aunque esta percepción no se ajuste a la realidad. Donoso también destacó los problemas administrativos que han surgido en la gestión de las subvenciones, lo que ha dificultado aún más el panorama para las empresas del sector.
Ante este panorama, desde la Unión Fotovoltaica Española piden medidas globales para impulsar la electrificación de la demanda y aumentar la demanda de energía eléctrica. Esto incluye medidas como la electrificación de sectores que aún dependen de combustibles fósiles y el fomento del almacenamiento de energía detrás del contador. Además, exigen una revisión de las políticas fiscales para impulsar el autoconsumo, como la aplicación de un IVA cero, siguiendo el ejemplo de otros países europeos.