Hace ya tiempo que se viene hablando (y constatando) la importante y rápida reducción de precios que ha experimentado la electricidad generada con fuentes renovables. También es una evidencia que, una vez construidas, las instalaciones que utilizan el sol, el viento o el agua son capaces de generar electricidad a un precio muy inferior al de las que hacen lo mismo quemando combustibles.
En 2020 y contando el efecto de París, producir un megavatio-hora con energía solar costará, según el estudio, unos 50 dólares, con eólica 44, con gas 88 y con carbón 102.
En la comparativa no se ha incluido la energía nuclear porque, ya hoy en día, es la forma de generación de electricidad más cara, como muestra la gigantesca subvención (1.100 millones de libras en un contrato blindado de 35 años) que ha aprobado el Reino Unido para que un consorcio franco-chino les construya una única central que como pronto funcionaría en 2023.
Cada vez más países se suman a la carrera renovable, no por motivos altruistas, sino porque les salen las cuentas.