Otro calvario para la higiene política y la decencia en nuestro país es el envío del ex ministro de industria Soria al Banco Mundial. Es un calvario para la separación de poderes porque está claramente enfocado a intentar apagar el fuego de los arbitrajes internacionales contra España, que dependen del organismo donde pretenden que le lleve su puerta giratoria.
Es indecente no sólo porque según las reglas del Banco Mundial sólo se deben proponer personas de reputación intachable para puestos allí, sino porque, aparte de no serlo ahora, le mandan expresamente para que lo demuestre allí. Para colmo ya está empezando a ser un patrón mandar a gente de dinero sucio allí. En el caso de Soria dinero probablemente doble sucio, metafóricamente, por evadir impuestos y literalmente por haberse obtenido de fuentes sucias en sentido energético.