Las emisiones mundiales de CO2 relacionadas con la energía pueden reducirse en un 70% para 2050 y desaparecer completamente hacia 2060, invirtiendo mucho más en renovables y eficiencia energética.
Todo ello sin crear impactos económicos negativos. De hecho, los beneficios serían tan positivos que, además de mejorar la habitabilidad del planeta, añadirían cerca de un 0,8% al Producto Interior Bruto mundial para 2050, según un informe que acaba de publicar la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA).