Nos hemos presentado en las sedes de Endesa, Iberdrola y Gas Natural Fenosa en Madrid, Bilbao y Barcelona respectivamente, para pedirles explicaciones por la contaminación y su relación con los altos precios de la energía. Lo hemos hecho para defender nuestro medio ambiente y también por ti.
Porque a ti y al resto de la ciudadanía estas tres empresas nos ahogan con sus emisiones, sus residuos, con una factura de la luz desorbitada y nos quitan el derecho a producir energía limpia y a participar en un modelo energético que han diseñado a su gusto.
Y lo más sangrante de todo es que cuentan con el permiso y la ayuda del Gobierno, al que no le tiembla la mano a la hora de beneficiar a las tres grandes compañías que contaminan nuestro aire, generan el cambio climático, producen residuos radiactivos y disminuyen nuestra calidad de vida. Sin las subvenciones concedidas por el Gobierno a las energías sucias y peligrosas, Endesa, Iberdrola y Gas Natural no habrían obtenido beneficios de más de 5.000 millones de euros en 2016.
Son las tres que copan los primeros puestos en el ranking de las 10 empresas que más contaminan en España con sus emisiones de CO2, entre ellas emitieron cerca de 49 millones de toneladas de CO2 solo en 2015. Por eso hoy en sus sedes les hemos devuelto su contaminación en forma de más de 1.000 globos negros.
Endesa, Iberdrola y Gas Natural son directamente responsables de empeorar nuestra salud, mientras promueven un sistema energético cada vez más caro que condena a las personas más vulnerables a la pobreza energética con una factura eléctrica de las más caras de Europa. Y como todos tienen que salir ganando, estas empresas terminan por incluir en sus consejos de administración y cargos directivos a muchos de nuestros políticos, creando un círculo vicioso que hace que no se apueste por renovables y que sigamos premiando a las energías más contaminantes.
Nos merecemos una política energética que deje de estar sometida a los intereses de las grandes energéticas, como Iberdrola, Endesa o Gas Natural. El que contamina, paga. Y no al revés.