Alemania es uno de los países que más fuerte han apostado por la "transición energética". No está siendo un camino fácil, pero los cambios se están empezando a notar y la transición ya está teniendo las primeras grandes perjudicadas: las empresas eléctricas.
Los dos gigantes eléctricos del país germano han confirmado pérdidas por valor 28.000 millones de euros durante 2015 y 2016. ¿El motivo? Como el mismo CEO de EON explicó esta mañana, "es el nuevo mundo de energía.
Los malos resultados se enmarcan en un escenario donde las amortizaciones de las infraestructuras de combustibles fósiles y los gastos de las centrales nucleares no son compensadas por los precios de una energía cada vez más barata (en buena parte por las energía renovables).
Se veía venir desde hace tiempo: como explica Jill Petzinger en Quartz, hace tiempo que las compañías había separado sus negocios creando ramas dedicadas a las energías renovables, por un lado, y ramas que concentran combustibles fósiles y las nucleares en proceso de abandono, por el otro.
Pero lo más interesante es lo que se deduce de las palabras de Johannes Teyssen, el CEO de EON: que el mundo energético de hace unos pocos años se ha ido para no volver. Como en tantos otros sectores, los monstruos corporativos construidos bajo la lógica industrial, tienen difícil encaje en el lógica de la "enernet".