Ahorro Solar. Es la denominación que ha elegido Otovo para el último lanzamiento (el último producto) de su gama de propuestas de autoconsumo. La característica más revolucionaria de Ahorro Solar es que el cliente no adelanta ni un céntimo para la inversión. Cero redondo. Porque de la inversión se encarga la empresa noruega, entre cuyos accionistas está por cierto el fondo soberano de su país, o sea, que hay músculo financiero detrás. Ahorro Solar es un servicio de alquiler de paneles solares. El cliente pone el tejado; Otovo coloca su solución fotovoltaica (mano de obra, placas solares, soportes, cableado, trámites con la administración para cuanto sea preciso -permisos, ayudas, subvenciones, desgravaciones fiscales-, en fin, todo lo que hace falta para dejar la instalación niquelada) y, por fin, de lo demás se encarga el Sol.
El cliente le paga a Otovo una cuota mensual en concepto de alquiler de la instalación (a partir de 25 euros) y se queda con todos los kilovatios hora (kWh) que esta produzca, o sea, autoconsume cuantos kWh produzcan las placas solares que ahora tiene sobre el tejado de su casa. Otovo asegura que el ahorro es mayor que la cuota desde el día 1, se encarga de todo durante 20 años (mantenimiento, reparaciones, revisiones, de todo) y, 20 años después, le regala la instalación al propietario, una instalación cuya vida útil puede alcanzar fácilmente los 30. La propuesta Ahorro Solar -explican desde la empresa- es accesible para todo el mundo, por su condición de gratis total: ahora ya no hay que hacer inversión alguna previa. La cuota por supuesto se ajusta al tamaño de la instalación e -insisten- es siempre menor que el ahorro que está es capaz de producir.