Después de meses asegurando que la situación energética en España no era tan crítica como en países del centro y este de Europa por su menor dependencia del gas ruso, el Gobierno se ha sumado este jueves oficialmente a la advertencia del riesgo que existe de que el próximo invierno no haya gas suficiente para abastecer a todos y de tener que elegir entre empresas y hogares para asegurar el suministro. La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha incidido en el Congreso en la necesidad de "fortalecer planes nacionales de contingencia y las políticas de ahorro y de plantear medidas para el hipotético caso de que fuera necesario priorizar entre consumidores la disposición de recursos energéticos".
Ribera ha calificado la situación energética de "preocupante" tras el recorte continuado del gas que envía Gazprom a la UE, después de que Alemania haya elevado su nivel de alerta y de que las tres principales compañías energéticas de Francia hayan pedido a los franceses que "minimicen sus consumos desde ya".