Las empresas instaladoras españolas defienden la generación distribuida y el autoconsumo no solo como uno de sus importantes nichos de mercado sino también como una opción eléctrica y energética de calidad para el ciudadano, que le permite apostar por el futuro.
Uno de los puntos más relevantes de la argumentación en pro del autoconsumo llevada a cabo por Sergio Pomar, fue la reivindicación de que su implantación repercute de manera económicamente positiva a las arcas del Estado, en contra de la idea generalizada. En este sentido, FENIE apuesta por un modelo de gestión que garantiza, por vías alternativas, los ingresos derivados de la inaplicación de los peajes de acceso a red.
Por otro lado, se puso el foco de atención en otro asunto que, igualmente, dificulta el desarrollo del autoconsumo: la exigencia excesiva en cuanto a la adaptación de las instalaciones eléctricas. “Es común que este factor no salga a relucir en los debates, por la mitificación del “impuesto al sol”. Sin embargo, esta cantidad de exigencias, a menudo redundantes y que generan gastos superfluos, es otra de las limitaciones con las que se encuentra el autoconsumo. Los dobles contadores son buen ejemplo de ello“, dice la Federación en un comunicado.