Cada vez son más las viviendas que se diseñan para minimizar el consumo energético y de agua… y sin perder un ápice de comodidad, más bien al contrario. Una familia de Ibiza disfruta desde el más pasado de la que ya se considera «la casa más sostenible del mundo», diseñada y construida bajo los exigentes criterios del sello alemán Passivhaus.
Ca na Terra ha obtenido la certificación Premium otorgada por Passive House Institute, una distinción que sólo tienen cuatro edificios en el mundo, uno de ellos en Palma de Mallorca. Por otro, la vivienda también cumple con el sello de construcción sostenible Breeam, aún más minucioso y exigente, en sus diez categorías: gestión, salud y bienestar, energía, transporte, agua, materiales, residuos, ecología, innovación y contaminación.
El logro de ser la vivienda más eficiente del mundo no sería más que un brindis al sol si no fuera porque el aprendizaje realizado durante su diseño y construcción ha servido al equipo de Terravita, el estudio responsable del proyecto, para prever un futuro inminente en el que «todas las casas serán así», afirma Álvaro Martínez. El llamado Horizonte 2020 de la Unión Europea contempla que todos los edificios construidos a partir del 31 de diciembre de 2020 tendrán que tener «un consumo energético casi nulo». Las «casas pasivas» se anticipan a este ambicioso objetivo.
«Una casa pasiva cuesta, según a quién preguntes, entre un 1 y un 10% más que una casa convencional de acabados similares. Yo estoy más cerca del 1%”, responde Álvaro Martínez, arquitecto técnico de Terravita.