Tenemos que, en un año, un sistema de calefacción puede llegar a consumir unos 11.000 kWh, mientras que para calentar el agua se requieren 4.700 kWh en un año. Cifras que se corresponden con una vivienda típica estadounidense que, recordemos, pueden llegar a ser más grandes que en Europa.
Este análisis cifra en 2.800 kWh por año la energía requerida para recargar un coche eléctrico, unos 14.000 km, para esto han tenido como referencia un Nissan LEAF. Esto significa que un coche eléctrico requiere el doble de energía que, por ejemplo, un frigorífico (1.300 kWh / año).
A pesar de los matices y diferencias entre los modelos energéticos de Estados Unidos y Europa, queda claro que tener un coche eléctrico no representará, a priori, un pico de consumo inasumible, de hecho, requerirá un poco más que un aire acondicionado, que necesita 2.000 kWh en un año.
Si hacemos una estimación del coste en euros, con un precio medio del kWh en torno a 0,14€, tenemos que un año de carga en casa nos costaría unos 400 euros, pero si optamos por las tarifas especiales y horarios nocturnos/valle, esta cifra puede reducirse a la mitad.
Entre 200 y 300 euros al año para recorrer unos 15.000 kilómetros con un coche eléctrico, una cifra que representa un pequeño porcentaje de la factura de la luz al mes y en un año, y si la comparamos con lo que nos costaría repostar un coche de combustión, la conclusión es contundente.