La intención es buscar la forma de ampliar la disponibilidad de esta infraestructura para que incluso aquellos que no tengan un lugar donde recargar, puedan hacerlo. Con esto en la mente, el gobierno de la ciudad se ha lanzado a incentivar la instalación de puntos en farolas.
Un formato con grandes beneficios como el aprovechar infraestructura ya creada, lo que permite reducir las obras y las molestias a los vecinos. Otro de los puntos fuertes de este formato son sus bajos costes. Según los promotores, la instalación tiene un coste de unas 1.000 libras (1.142 euros al cambio) y además es un trabajo que puede completarse en apenas media hora.
Después de un periodo de pruebas, se han puesto en marcha las primeras 50 farolas dotadas de punto de recarga. Unas instalaciones repartidas por los barrios de Kensington y Chelsea, y que recordamos están alimentadas por energía 100% renovable.