La reestructuración de la Gran Vía madrileña preparada para el próximo 1 de diciembre ha copado infinidad de titulares esta semana. Pero la medida forma parte de un paquete más amplio que pretende transformar la ciudad por completo a través de 30 medidas que se aplicarán progresivamente en los próximos tres años y que darán paso a un objetivo más ambicioso para 2030.
El Plan de Calidad del Aire y Cambio Climático se aprobó definitivamente el pasado mes de septiembre y sigue la estela de otras capitales europeas, como París, que buscan hacer las ciudades más saludables para sus vecinos. En el caso de Madrid, también han podido participar para perfilar algunas medidas.
La puesta en marcha inicial del plan costará casi 544 millones de euros, entre los que se incluye presupuesto del Ayuntamiento, y fondos europeos y de la Comunidad de Madrid. A través de estas medidas Manuela Carmena y su equipo buscan mejorar la calidad del aire, cumpliendo la legislación nacional y europea y no sobrepasar los niveles de partículas en suspensión recomendados por la OMS.
¿Y qué sucede con los autobuses de la red de transporte público? La flota de la EMT se ampliará y se renovará con la adquisición de 1.000 autobuses —a través del Programa 2016-2020—, que sustituirán aquellos más contaminantes por otros híbridos, eléctricos o de gas natural. Para que los taxis también sigan el mismo camino, se incentivará la compra de coches de bajas emisiones y a partir del 1 de enero de 2018 solo se autorizará la sustitución por este tipo de vehículos. (Ver más >)