La Comisión Europea ve bien el acuerdo entre España, Portugal y Francia para la construcción del BarMar, un “corredor verde entre Barcelona y Marsella”, y se abre a financiarlo. La idea anunciada este jueves pasado en Bruselas por los tres mandatarios, Pedro Sánchez, Emmanuel Macron y António Costa, supone dejar de lado el proyecto MidCat –pensado inicialmente para el gas y a través de los Pirineos– en favor de una infraestructura subacuática pensada para el hidrógeno verde, si bien podría llevar una parte de gas hasta 2030 –fecha tope marcada por el Pacto Verde Europeo–.
“Damos la bienvenida a este acuerdo político”, ha explicado este lunes el portavoz comunitario de transición energética, Tim McPhie, “entre Francia, España y Portugal sobre el proyecto de BarMar. Y, en principio, estamos dispuestos a apoyar proyectos que cumplan los objetivos de la UE”.
Fuentes de las negociaciones afirman que el gasoducto hasta Marsella podría tardar unos “4 o 5 años”, y luego desde ahí se conectaría con las interconexiones hasta el norte de Europa, cosa que no pasaba con la idea del Midcat. “Para afinar los tiempos hacen falta análisis técnicos”, explican las fuentes: “Una cosa es construir un tubo para gas y no vale para hidrógeno, y otra cosa es un tubo para hidrógeno al que se le pueda meter gas. En la medida que se pueda podremos meter gas [las directrices de la Comisión Europea establecen que a partir de 2030 no puede llevar gas]”.