La ‘excepción ibérica’ no deja indiferente a nadie. El mecanismo utilizado por España y Portugal para topar los precios del gas que entran en el mix energético está incomodando a todos los usuarios eléctricos, pese a que el objetivo final era un ahorro en la factura. Aunque no llega a todos por igual, ni todos se benefician de la misma manera. Un ejemplo negativo lo soportan las personas que tienen instalaciones de autoconsumo en sus hogares.
La denominada ‘excepción ibérica’ la deben pagar todos los clientes que estén conectados al sistema eléctrico, tengan la tarifa que tengan, o si están apoyados en placas solares para autoconsumo. Los únicos que pueden librarse de abonarse esta compensación al gas son los usuarios con instalaciones de autoconsumo fotovoltaico que están 100% desenganchados de la red eléctrica.
En este contexto, por ahora pagan la compensación todos los clientes de la tarifa regulada (PVPC); y poco a poco la están pagando los clientes del mercado libre, una vez que renuevan sus contratos o cambian de compañía. Y a esta lista se suman los clientes de autoconsumo que, para su sorpresa, en algunos casos están pagando lo mismo por compensación que por el propio consumo de energía.
Algunos han mostrado su malestar en redes sociales y, sobre todo, su desconcierto. Asumen que están contribuyendo de manera directa al proceso de descarbonización que marca el Gobierno, y, sin embargo, tienen que subvencionar de igual manera las compensaciones del gas.
Y no es el único agravio que soportan los autoconsumidores fotovoltaicos. Este tipo de usuarios accede al mercado pagando unos precios que ya están ajustados y, por lo tanto, entran al mismo nivel que cualquier consumidor, sea cual sea su tipo de contrato. Sin embargo, el excedente de energía que vuelcan a la red lo hacen a un precio que sin contar con la compensación del gas.
La realidad es que el autoconsumo se ha convertido en una realidad que necesita de todos los impulsos necesarios.