«A partir del 17 de diciembre de 2023, no se podrán presentar nuevas solicitudes […]. El trasfondo es la aplicación de la sentencia del Tribunal Constitucional Federal, según la cual se retirarán 60.000 millones de euros del Fondo para el Clima y la Transformación. Por lo tanto, el plan económico del Fondo para el Clima y la Transformación para 2024 necesita ser rediseñado y tiene menos recursos a su disposición«.
Como era de esperar, estas medidas han sido muy criticadas por numerosos sectores. «El ahorro presupuestario impulsado por el FDP [Partido Democrático Libre] recorta el apoyo a la industria solar y permite que los subsidios a los vehículos eléctricos expiren antes», afirma Bastian Neuwirth, experto económico de Greenpeace.
Para colmo, estos recortes no afectarán ni a la ventajosa fiscalidad del diésel ni al impuesto sobre vehículos de empresa. «El perjudicial privilegio de los vehículos de empresa no será abolido y el combustible diésel será subsidiado por una suma de miles de millones; esto está obstaculizando la modernización ecológica».
«Se trata de un abuso de confianza increíblemente grande para decenas de miles de clientes. Lo mínimo sería dejar el bono ambiental hasta final de año y al mismo tiempo, en coordinación con estados y municipios, asegurar que las oficinas de registro permanezcan abiertas hasta el 31 de diciembre de 2023», sentencia el presidente de la ZDK (Asociación Central de la Industria Automovilística Alemana), Arne Joswig.
Esta decisión podría abocar a la industria alemana a una crisis sin precedentes. Con Tesla y los grupos chinos liderando el sector del coche eléctrico a nivel internacional, la más que previsible caída de ventas en el mercado alemán supondría un durísimo golpe para Volkswagen, que se está quedando rezagada incluso frente a sus rivales europeos (Renault y Stellantis lanzarán en 2024 sus utilitarios eléctricos de menos de 25.000 euros, adelantándose un año a la compañía germana) y no tiene apenas margen para ajustar sus poco competitivas tarifas.