Si bien la Fórmula 1 tiene claro su camino por el momento: motores híbridos asociados a combustibles renovables -que también se introducirán en 2026-, no cierra la puerta a otras alternativas que le permitan seguir la senda marcada por la industria automotriz.
Esta no es otra que la de los vehículos cero emisiones, y con la Fórmula E apostando por los motores 100 % eléctricos asociados a baterías, las opciones no son muchas. Quizá por esa razón, la Fórmula 1 ha decidido involucrarse en el Grupo de Trabajo que también formarán la FIA y la Extreme H, el campeonato de raids asociado al ya existente Extreme E eléctrico.
Dicho grupo comenzará a operar en 2025 y analizará cómo utilizar la tecnología del hidrógeno, incluidos los sistemas de baterías y las pilas de combustible, en los deportes del motor. Formarán la comisión tres miembros destacados del mundo del automovilismo: Pat Symonds (director técnico de la F1), Nikolas Tombazis (director de monoplazas de la FIA) y Mark Grain (director técnico de Extreme E).
«Nuestro deporte tiene la tradición de llevar las nuevas tecnologías al primer plano de la percepción pública en plazos de tiempo increíblemente cortos. Hacemos esto teniendo la mente abierta a todas las soluciones y adoptando la ingeniería multifuncional», ha declarado Pat Symonds al respecto.
«Con la mitigación del cambio climático en la mente de todos, estamos comprometidos a promover la sostenibilidad y, por lo tanto, necesitamos explorar todas las áreas de descarbonización del sector de la movilidad. Esto debe incluir combustibles sostenibles de hidrocarburos líquidos, electrificación e hidrógeno», ha ampliado el ingeniero británico, que perteneció a equipos de la Fórmula 1 como Benetton, Renault y Williams.