Tras una intensa noche de negociaciones en Dubái (Emiratos Árabes Unidos), la CoP28 ha logrado concluir con una inédita mención a “transitar para dejar atrás los combustibles fósiles” en el documento del Balance Global —la evaluación de los avances para cumplir con los objetivos climáticos estipulados en el Acuerdo de París—. Sin embargo, a pesar de que esa afirmación no deja de ser positiva, especialmente viniendo de la CoP más "petrolera" de la historia, científicos, catedráticos y hasta abogados han recibido con escepticismo el acuerdo final de la Cumbre del Clima de Dubái, que nos pide "transitar" para dejar atrás los combustibles fósiles, pero no su "eliminación", como pedía gran parte de la comunidad científica y ambiental del planeta, según los testimonios recogidos por Science Media Centre España (SMC).
Carlos de Miguel Perales, abogado y profesor de Derecho Civil y del Medio Ambiente en la facultad de Derecho de ICADE, ha destacado que "como ya es habitual, ha habido incertidumbre hasta el último momento sobre si se iba a llegar o no a un acuerdo sobre cuestiones esenciales, en este caso, de forma destacada, los combustibles fósiles".
Por ello, el letrado considera que "es un paso positivo el que se haya hecho un llamamiento a las partes para su abandono. Pero el alcance real de este acuerdo queda condicionado a cuestiones relevantes que deberán aclararse". Como estas:
1) ¿Cómo debe interpretarse la diferencia entre “transitioning away”, que es lo que se ha acordado, y el inicialmente perseguido “phasing out”, más tajante?
2) ¿Cómo se va a financiar esa transición?
3) ¿Cómo se implementará el acuerdo sobre subsidios, consistente en la eliminación “tan pronto como sea posible” de ayudas ineficientes a los combustibles fósiles que no aborden la pobreza energética o la transición justa?
4) ¿Qué papel jugarán los combustibles de transición (“transitional fuels”), sobre los que se afirma que pueden tener para facilitar la transición energética a la vez que asegurar la seguridad energética?