Los coches eléctricos están acaparando la atención del público a nivel global. En plena crisis del diésel y con las restricciones por contaminación cada vez más presentes en las ciudades de todo el mundo, cada vez son más los que apuestan por el coche eléctrico a baterías como solución de futuro tanto para el transporte privado como para servicios de carsharing, taxis…
Sin embargo, tiende a prestarse menos atención a la electrificación de otro tipo de vehículo: aquellos dedicados al transporte de mercancías (furgonetas, camiones y vehículos comerciales en general). Las empresas de transporte y de servicios siempre han mirado con lupa los costes operativos de sus vehículos, por lo que la electrificación de sus flotas podría ocurrir incluso de forma más rápida que la electrificación del transporte privado.
Así, en numerosas urbes europeas cada es más común ver que los servicios municipales y las empresas de reparto de correo utilizan furgonetas 100% eléctricas.
Los camiones de larga distancia tardarán más en electrificarse; sin embargo, la transición podría ser más rápida de lo que algunos piensan. Si bien muchas empresas (Toyota, Hyundai, Nikola) apuestan por los camiones con pila de combustible de hidrógeno, el Tesla Semi ha demostrado que es viable crear un camión de larga distancia con baterías. Con un precio de venta cercano a un camión diésel, el Semi promete un coste de utilización muy reducido respecto a un modelo equivalente de combustión, algo que ha interesado a numerosas empresas, que ven con buenos ojos cualquier ahorro posible.