Hace unos meses, entró en funcionamiento el enorme parque de baterías Powerpack que Tesla instaló en el sur de Australia con el objetivo de dar electricidad de forma estable a los habitantes de una región que sufría apagones de forma constante. Ahora, Neoen (socio de Tesla en el proyecto, son los operadores del parque eólico que nutre de electricidad al conjunto de baterías Powerpack) ha realizado unos interesantes cálculos sobre los costes de este complejo.
Aparentemente, el parque de baterías costó unos 66 millones de dólares (56 millones de euros), y sólo en sus primeros seis meses operativo ya ha generado 17 millones de dólares. El sistema es extremadamente eficiente, y ha propiciado que la factura de la luz se haya reducido en un 90% para aquellos habitantes del sur de Australia que se benefician de la electricidad generada por este parque.
Esto significa que el complejo conseguirá más de 20 millones de dólares (o quizás más de 30 millones) de beneficio en su primer año operativo. Por lo tanto, parece que el negocio es redondo: los consumidores ahora tienen un suministro de electricidad estable y más barato, el medio ambiente se beneficia ya que la energía generada proviene de una fuente renovable, y la compañía operadora consigue unos elevados beneficios gracias a unos costes operativos mucho más bajos que los de otro tipo de instalaciones.