En cualquier conversación sobre coches eléctricos, es más que posible que en algún momento aparezca el ejemplo de Noruega. Y es que el país nórdico se ha convertido por méritos propios en la gran referencia a nivel mundial por su apoyo y por la penetración a nivel de ventas de este tipo de vehículos.
Esto ha permitido lograr cifras de ventas impresionantes. Por ejemplo, el pasado mes de junio hemos podido ver como sumando eléctricos puros e híbridos enchufables, la cuota de mercado ha llegado a nada menos que el 50.4%, con un incremento de ventas del 30.2% respecto al pasado año.
Pero en estas conversaciones eléctricas, también suele aparecer el argumento de la producción eléctrica. Que si los coches eléctricos contaminan por consumir electricidad procedente de fuentes sucias, como el carbón o el gas. Pero en este caso Noruega tiene más malas noticias para los escépticos, ya que puede presumir de contar con una producción casi al 100% renovable.
Ahora el objetivo de Noruega es que en 2025 todos los coches que se vendan en el país sean eléctricos. Además, han comenzado a electrificar la industria naviera mediante la introducción de transbordadores y cruceros eléctricos. Es también el primer país que se ha propuesto abandonar el gas como fuente para calefacción a partir de 2020. Con esta medida dejaría de emitir 340.000 toneladas anuales de gases de efecto invernadero.