The New Climate Economy (NCE) ha publicado un estudio independiente que destaca el ahorro financiero resultante de la transición hacia una economía baja en carbono.
En su informe, NCE estipula que a través de una integración a gran escala de tecnologías sostenibles y de bajas emisiones de carbono en el sistema económico mundial actual, los beneficios financieros podrían ser de más de 26 billones de dólares hasta 2030, en comparación con el ‘business-as-usual’ ‘ de los casos. El informe no solo considera el despliegue de energías renovables, sino también una plétora de otros temas, que van desde la economía circular, el desarrollo urbano inteligente, la economía del agua y los casos de uso del suelo.
Por ejemplo, la economía global podría ganar 2,8 billones de dólares con solo implementar esquemas de impuestos al carbono y suspendiendo los subsidios a los combustibles fósiles. El informe cita a la Agencia Internacional de Energía (AIE) y dice que en 2016 los subsidios a los combustibles fósiles duplicaron los de las energías renovables. En cambio, un esquema efectivo de fijación de precios del carbono desataría ingenio para encontrar las alternativas de menor costo y menos carbono en la energía y otros componentes de la infraestructura.