Los primeros parques eólicos instalados en Europa y EEUU ya han empezado a cumplir su vida útil, y con la gran cantidad de proyectos que se están llevando a cabo a nivel global para impulsar la energía eólica, pronto habrá decenas de miles de aerogeneradores obsoletos.
Muchos se pueden repotenciar para seguir funcionando un tiempo, pero el resto tendrá que someterse a su desmantelamiento y reciclaje. Solo en España, las palas de los aerogeneradores sumarán unas 25.000 toneladas de residuos este mismo año. Y darles una segunda vida no es un proceso fácil.
En EEUU, con más de 70.000 aerogeneradores en funcionamiento, el problema podría ser especialmente preocupante, ya que la mayoría de los que quedan obsoletos en lugar de reciclarse o repotenciarse, acaban en el vertedero. Entre los principales motivos se encuentran el coste del proceso y su dificultad, pero también la falta de normativa que prohíba estas prácticas.
Pero ¿por qué es tan difícil su reciclaje? Según la Asociación Empresarial Eólica (AEE, patronal de fabricantes española) actualmente es viable reciclar o reutilizar hasta el 83 % de los materiales de un aerogenerador (acero, cobre y aluminio), y constituye una práctica habitual el aprovechamiento de muchos sus componentes como piezas de repuesto, como puede ser el caso de la torre, la multiplicadora y la góndola.
El pasado mes de diciembre, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) convocó la última convocatoria de tres programas de ayudas dedicados a proyectos de repotenciación circular eólica, de renovación hidroeléctrica y de reciclaje de palas de aerogeneradores, con una dotación conjunta de 222,5 millones de euros de fondos Next Generation EU.