"El modelo consiste en meter todo lo que se puede para ver luego cómo se consume, en colocar parques y parques y ya veremos si esa electricidad se consume en España, en Francia o en Alemania", sostiene. "Nos vamos a convertir en los grandes suministradores de Europa", añade Javier Oquendo, de la Plataforma a favor de los Paisajes de Teruel, uno de los activos grupos locales (hay casi dos centenares) críticos con la forma en la que se está desarrollando el despliegue de las energías renovables en España.
Esa evolución en términos macro del sistema eléctrico español, que arroja un balance positivo en su conjunto al pasar de netamente importador a exportador, tiene, sin embargo, matices en un ámbito más micro, como es el de las comunidades autónomas, cuyo cuadro manifiesta unos notables desequilibrios entre la demanda, la capacidad para cubrirla y los pasos para hacerlo con fuentes más limpias y menos contaminantes.
Según los datos del operador de la red eléctrica, Madrid recibe de otros territorios más del 90% de la electricidad que se consume en su territorio, en el que apenas se produce el 8% restante.
En Madrid, que se alimenta básicamente de las nucleares de Almaraz (Cáceres) y de Trillo (Guadalajara) y donde también hay escasez de ubicaciones para instalar aerogeneradores por el elevado impacto que tendrían en las sierras susceptibles de acogerlos, apenas se está desarrollando la energía solar, para la que sí existe disponibilidad de terreno como en la España vaciada.
"Hay un desequilibrio obvio entre territorios", anota Javier Andaluz, responsable de Cambio Climático de Ecologistas en Acción, quien, al tiempo que llama la atención sobre la concentración de la demanda en el área metropolitana de Barcelona en el caso catalán, destaca cómo "en Madrid y en Catalunya hay mucha capacidad para instalar placas fotovoltaicas en tejados y en infraestructuras, pero de eso no se está hablando; básicamente, por un cálculo económico que señala como más rentables las grandes instalaciones en el suelo".
"Si en algunos territorios no quieren molinos será por algo, ¿no?", plantea Oquendo. "Si se tratara de algo fácilmente desmontable sería otra cosa, pero esos aerogeneradores se van a quedar en el monte como chatarra", añade.
"Hay una evidente falta de planificación, y a eso se le suma la liberalización del sector eléctrico, que deja la iniciativa en manos de la empresa privada, el desarrollo de las infraestructuras", recuerda Andaluz, que advierte también de "la mala praxis que suponen a la hora de aplicar las normas las fragmentaciones de proyectos. Estamos viendo muchas y son ilegales".