Aunque los radiadores de agua calentados por una caldera de gas son el tipo de calefacción más habitual en España, cada vez hay más alternativas en el mercado y, algunas de ellas, son más económicas y eficientes. Es el caso de las bombas de calor, un sistema de calefacción que ha recibido el aval de la Agencia Internacional de Energía (AIE).
En un informe publicado este miércoles, la AIE señala que la bomba de calor es "una solución hipereficiente y respetuosa con el medio ambiente, que ayuda a los consumidores a ahorrar dinero en las facturas y permite a los países reducir la dependencia de los combustibles fósiles importados".
Con los actuales precios de la energía, que están por las nubes, la AIE calcula que un consumidor europeo podría ahorrar de media casi 900 euros al año (869) sustituyendo los radiadores por una bomba de calor, el triple de lo que se ahorraría un consumidor estadounidense (298 euros).
"Todo está preparado para que el mercado de las bombas de calor despegue, de la manera que lo hemos visto en otras tecnologías en favor del clima, como los paneles solares y los vehículos eléctricos", señala el directo ejecutivo de este organismo, Fatih Birol.
De hecho, ya es un mercado en auge porque ha estado creciendo con fuerza en los últimos años. El documento revela que las ventas globales de bombas de calor aumentaron casi un 15% en 2021, el doble del promedio de la última década, lideradas por la Unión Europea, donde aumentaron alrededor del 35%. Y se prevé que las ventas en 2022 alcancen niveles récord en respuesta a la crisis energética mundial, especialmente en Europa, donde en algunos países las ventas se duplicarán en la primera mitad de 2022 en comparación con el mismo período del año pasado.
Aunque las bombas de calor utilicen energía eléctrica para su funcionamiento, se consideran como renovables porque la energía final que producen supera de forma significativa la energía que consumen. Es por ello que el informe anima a los gobiernos a incentivar este sistema de calefacción.
"Las bombas de calor son una parte indispensable de cualquier plan para reducir las emisiones y el uso de gas natural, y una prioridad urgente en la Unión Europea hoy", sostieneh Birol. "La tecnología está probada y comprobada, incluso en los climas más fríos. Las bombas de calor serán fundamentales para garantizar que todos puedan calentar sus hogares este invierno y el próximo, para proteger a los hogares y negocios vulnerables de los altos precios y para cumplir con los objetivos climáticos", subraya.
Las ventas anuales de bombas de calor en la UE podrían aumentar a 7 millones para 2030, frente a los 2 millones en 2021, si los gobiernos logran alcanzar sus objetivos de reducción de emisiones y seguridad energética", apunta el informe, que anima a los gobiernos a incentivar este tipo de sistema de calefacción. Especialmente porque "los costes de compra e instalación de una bomba de calor pueden ser de dos a cuatro veces superiores a los de una caldera de gas".
La AIE estima que las bombas de calor tienen el potencial de reducir las emisiones globales de dióxido de carbono (CO₂) en al menos 500 millones de toneladas en 2030, lo que equivale a las emisiones anuales de CO₂ de todos los automóviles en Europa en la actualidad. (+)