Las Big Tech están gastando dinero en IA como si no hubiera un mañana. Estas gigantescas inversiones son el arma que todas ellas tienen para ganar la carrera de la inteligencia artificial, y en los últimos tiempos se centran especialmente en un apartado: los centros de datos.
Centros de datos al poder. Estas instalaciones albergan miles de servidores en los que se recibe, almacena, procesa y envía la información, y para funcionar necesitan mucho hardware y mucha energía. O lo que es lo mismo: mucho (muchísimo) dinero.
Cuantos más (y más distribuidos), mejor. Microsoft es un claro ejemplo de esta fiebre por tener todos los centros de datos que pueda. En los últimos doce meses ha invertido más de 30.000 millones de dólares y ha llegado a acuerdos con diversos países en todo el mundo para crear nuevos centros de datos o al menos impulsar el desarrollo de la IA en esas localizaciones. Su objetivo, como el de sus competidores, es armarse para esa guerra de la IA, pero eso ha hecho que tanto ella como el resto vean cómo los gastos no paran de subir. Y para entender lo que está pasando, basta con prestar atención a los gastos de capital, conocidos como CapEx.
Qué es el CapEx. Son los gastos que realiza una compañía para adquirir, mejorar o mantener activos fijos a largo plazo. Estos activos pueden incluir equipos, infraestructura, software o bienes raíces, que son esenciales para las operaciones de la empresa. Es un concepto distinto de los gastos operativos (pagos de sueldos, servicios), y es especialmente interesante porque revela qué inversiones hace una empresa para su crecimiento futuro a medio y largo plazo.
El CapEx de las Big Tech no ha parado de crecer, pero el auge de la IA ha hecho que se dispare desde mediados de 2023, cuando la fiebre por la IA generativa comenzó a explotar de verdad. Fuente: NYT.