Entre las metas más destacadas del nuevo plan se encuentra la reducción del 32% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) respecto a los niveles de 1990, una mejora significativa en comparación con el 23% fijado en el PNIEC 2021. Además, el objetivo de renovables en el consumo final de energía pasa a ser del 48% para 2030, lo que representa un incremento del 6% respecto a la meta anterior.
Uno de los elementos más importantes del PNIEC es el papel central que la energía solar fotovoltaica desempeñará en la transición energética. El Gobierno ha fijado una meta de capacidad instalada para la energía solar fotovoltaica de 76 GW para el año 2030, lo que duplica con creces los 39 GW establecidos en el PNIEC 2021. Parte de este crecimiento se logrará a través del autoconsumo, que experimentará un impulso decisivo, alcanzando los 19 GW.
Además, el informe de impacto ambiental asociado al plan destaca que esta tecnología será la que más contribuya a la reducción de emisiones en el sector eléctrico. En concreto, se espera que la fotovoltaica evite la emisión de 17,6 millones de toneladas de CO2 equivalente para 2030, lo que representa el 53% de la reducción de gases de efecto invernadero (GEI) en la generación eléctrica y el 15% del total de emisiones evitadas.