El nuevo objetivo oficial, pasar del 50,4% de electricidad renovable al 81% en 2030, sólo se alcanzará con un sistema más flexible y gestionable
Es fundamental priorizar la electrificación, necesaria para aumentar el porcentaje de renovables y la descarbonización
El impulso en el transporte y la calefacción, necesario para lograr pasar del 23,8% actual al 48% de renovables sobre el consumo final energía en sólo seis años
Serán necesarias medidas concretas que permitan atraer el alto volumen de inversiones necesarias
Almacenamiento y electrificación deben formar parte integral del desarrollo renovable nacional para alcanzar las metas para 2030
Eólica, autoconsumo y biomasa, se encuentran muy alejadas de la senda marcada por el PNIEC
El incremento de objetivos en hidrógeno renovable contrasta con las insuficientes metas en biometano, a pesar de la diferencia de madurez entre ambas tecnologías
Nuestro país ya cuenta con unos objetivos actualizados para la transición energética. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la Vicepresidenta Tercera Teresa Ribera ha corroborado la senda ambiciosa que ya marcaba el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima. Los nuevos objetivos oficiales, 48% de renovables sobre el consumo final de energía y un 81% de electricidad renovable, ambos para 2030, no se alcanzarán sin cambios profundos en nuestro modelo energético.
La apuesta por el almacenamiento y la electrificación, serán claves para aumentar el porcentaje de renovables en nuestro modelo energético; y el transporte y los usos térmicos continúan siendo el verdadero nudo gordiano de una transición energética que da muestras de ralentización en el último año.
“Las situaciones que hemos vivido en abril, con precios récord mínimos en el mercado eléctrico, no han tenido respuesta por parte del regulador, lo que manda un mensaje claro a los inversores: si el precio cae, estarán solos. Es necesario que se prioricen las tecnologías más alejadas de los objetivos, con subastas específicas; y que se establezca un marco regulatorio que proporcione seguridad frente a un mercado volátil, esto es fundamental para atraer la inversión privada”, ha concluido José María González Moya.