El pasado mes de diciembre, en la Cumbre del Clima de París,
195 países dieron un mensaje claro a los más de 7.000 millones de
habitantes en todo el globo: no podemos seguir alimentando el mundo con
petróleo por mucho más tiempo. Eso conduce de forma directa hacia un
transporte más sostenible, una mayor eficiencia en el uso de la energía
en los hogares y a una producción eléctrica cada vez más renovable. Pero
en realidad la transformación ya estaba en marcha.
«El mundo ha entrado en una transición energética hacia las renovables»,
asegura Javier García Breva, asesor en políticas energéticas a través
de la oficina JGB y ex director del Instituto para la Diversificación y
Ahorro de la Energía (IDAE). «Tras la Cumbre del Clima de París, se ha puesto en evidencia que la inversión mundial en renovables se va a disparar. El récord del año 2015 anuncia lo que va a ocurrir en los próximos años», opina el experto español.
El pasado 22 de abril de 2019, España firmó en Nueva York el Acuerdo de París junto
con otros 174 países. Con esa firma, España se comprometió a reducir un 40% las emisiones de gases de efecto invernadero en 2030 respecto al año 1990.
«Para eso habría que triplicar los 33 gigas de potencia renovable
instalada en España en la actualidad», asegura Javier García Breva. «Y
para eso hay que hacer cambios. Con la actual regulación, España no va a
cumplir el Acuerdo de París», sentencia.