En cuanto la señal de precio cada vez sea más barata en las horas solares, las cuentas de los productores solares ya no serán las mismas y habrá algunos que se piensen desarrollar fotovoltaica cuando ya haya 25 GW instalados. Ahora el sistema español ha superado ya los 12 GW de fotovoltaica y mantiene los 3.500 MW de termosolar. El efecto caníbal ya descuadra los fines de semana.
Otro ejemplo también son las instalaciones de autoconsumo que inyectan energía sobrante a la red. Si la energía sobrante se cobra a precios tan bajos es más complicado rentabilizar la instalación. Es por ello que esta señal hace imperante que se desarrolle almacenamiento energético, tanto a gran escala como behind the meter, detrás del contador, para así poder vender la energía en otro momento que el mercado necesite o sea más cara y así expulsar a los combustibles fósiles del mix. El problema es que de momento las baterías con caras y prácticamente no hay almacenamiento, salvo el bombeo.
En definitiva, la curva de pato ya está aquí, y solo acaba de comenzar.