Noruega ha confirmado un importante acuerdo que permitirá levantar su primera gigafábrica de baterías para coches eléctricos y sistemas de almacenamiento estacionarios. Un emplazamiento que muchos podrían pensar no es el mejor por los elevados costes de la vida en el país nórdico. Pero esto no ha sido un problema una vez solventado lo que si es el verdadero reto. Tener una fuente de energía limpia, fiable y sobre todo económica.
Un ejemplo claro de que los altos salarios de Noruega no han sido un problema para la industria del gas o el petróleo, ni lo será para la producción de baterías o coches. La clave será el acceso a una energía limpia y económica procedente de las fuentes renovables y que será lo que marque la diferencia a la hora de seleccionar el emplazamiento de muchas de las futuras inversiones en este y otros sectores electrointensivos.