Es la gran sorpresa del verano. En las jornadas organizadas recientemente por Enerclub (Club Español de la Energía) y APPA (Asociación de Productores de Energías Renovables) sobre “Una nueva etapa para la fotovoltaica”, se ha escenificado un cambio significativo de las eléctricas a favor de las renovables y del autoconsumo como gran indicador.
Cómo sino interpretar declaraciones de Endesa e Iberdrola deslegitimando el “impuesto al sol” decretado por el Gobierno (“no puede entenderse que haya que pagar por la energía autoproducida y autoconsumida”), reconociendo un futuro “apabullante” para la fotovoltaica, la viabilidad de grandes plantas y del autoconsumo, solo pendiente del marco normativo adecuado, y admitiendo, en general, que el desarrollo de las renovables tiene que volver a arrancar.
Piden tiempo sobre todo ante el cambio que más temen, el de la rápida introducción de la fotovoltaica como tecnología verdaderamente disruptiva,introducción que estaría potenciada por nuestro retraso (tenemos una octava parte de potencia instalada con respecto a Alemania y con más irradiación solar y alcanzarla significaría ¡superar el 60% de nuestra generación eléctrica con renovables!) y por la viabilidad creciente de la generación distribuida en autoconsumo en hogares, Pymes, explotaciones agrarias, municipios (hasta Barcelona está en ello) y regiones (solo Murcia puede instalar en sus más de 14 Km2 de tejados los mil megavatios de potencia para cubrir en balance neto su consumo residencial y alcanzar la soñada Murcia Solar con “autosuficiencia conectada”).
Y tiempo, como decía el Papa en su encíclica Laudato sí, es lo único que no tenemos, es el recurso más escaso. El momento es ahora y es hora de ir a tope con el autoconsumo, la eficiencia y las renovables.
El desafío es simplemente político y el nuevo Parlamento tendrá que estar a la altura de su compromiso con los ciudadanos para dar una respuesta urgente y ambiciosa a la “emergencia energética, climática y ambiental” que vivimos. Desafío que quizás es lagran oportunidad para España de entrar en un nuevo modelo de progreso, más sostenible, también en términos económicos de innovación y de competitividad. Es lo mejor que podemos usar y vender.