Un viejo anuncio de cigarrillos Lucky Strike. |
Organizaciones preocupadas por el cambio climático llevan tiempo estableciendo conexiones entre las industrias tabacaleras y petroleras, argumentando que ambas han buscado minimizar los daños a la salud pública de sus productos para seguir operando sin restricciones.
Algunas de ellas han pedido a los reguladores federales que procesen a las compañías petroleras por el cargo de crimen organizado, como ocurrió en 1999 cuando el Departamento de Justicia interpuso cargos contra Philip Morris y otras marcas de tabaco.
Las petroleras odian estas comparaciones, pero nuevas investigaciones revelan que la colaboración entre las dos industrias lleva existiendo desde la década de 1950.