Hace siete u ocho años no se hablaba apenas de baterías de almacenamiento, y autoconsumo, y muy poco de coche eléctrico o incluso de renovables.
Ahora estos conceptos están al orden del día. No es el futuro, que lo será, sino el presente. El mundo seguirá necesitando energía, pero lo que se demanda ahora es que no se contamine y encima sea barata. Y ahí, las renovables han ganado la partida a todas las tecnologías.
A pesar de tener un petróleo muy barato, el boom de las renovables en el mundo en los últimos años es incuestionable. Y lo será aún más en los próximos ejercicios.
Es el momento de que muchas empresas, eléctricas, petroleras, gasísticas, paren dos segundos, reflexionen sobre su futuro y elijan un camino para los próximos 30 ó 40 años. Es tiempo de renovarse. Algunas ya lo han hecho, otras están en ello, y luego están las que son más duras que la pata de Perico y no dan su brazo a torcer.
Todo indica que quien se mueva antes y mejor tendrá bastante ganado respecto a su competencia. Son tiempos de adaptación a los cambios que han llegado y a los que vendrán en los próximos años. Hay que arriesgarse porque lo que está claro es que si no te mueves te quedas rezagado o fuera de juego en poco tiempo.
Así que pónganse las pilas que vienen tiempos apasionantes. (Ver artículo ->)