La Agencia Internacional de la Energía (AIE) asegura que anualmente se registran 6,5 millones de muertes prematuras a nivel mundial como consecuencia de la contaminación atmosférica pero alerta en un informe de que seguirán aumentando hasta el año 2040 si no cambia la política energética.
Estos fallecimientos están relacionados con la mala calidad del aire exterior e interior, que está considerada la cuarta mayor amenaza global para la salud por detrás de la hipertensión, los problemas asociados con la alimentación y el tabaquismo.