2 ene 2025

EcoFlow presenta sus nuevas bombas de calor aire-agua

La estadounidense EcoFlow ha lanzado una nueva bomba de calor aire-agua para aplicaciones residenciales. El nuevo producto, equipado con refrigerante R290, está disponible en versiones de 9 kW y 20 kW. El fabricante también ha desarrollado un nuevo calentador de inmersión inteligente que utiliza la energía solar sobrante para calentar agua. Es compatible con todos los sistemas fotovoltaicos de tejado disponibles.

«Gracias a su compatibilidad con los sistemas de almacenamiento solar de la serie PowerOcean, las soluciones de calefacción inteligente de EcoFlow permiten a los usuarios aprovechar el poder de la energía solar para ambientar el hogar y calentar el agua, proporcionando una alternativa sostenible y rentable a los métodos de calefacción tradicionales, como el gas y el combustible», afirmó la empresa.

La bomba de calor aire-agua EcoFlow PowerHeat, equipada con refrigerante R290, está disponible en versiones de 9 kW y 20 kW. El sistema admite conexiones monofásicas y trifásicas.

La bomba de calor más pequeña tiene una capacidad de refrigeración de 1,53 kW a 5,96 kW, mientras que la más grande oscila entre 4,40 kW y 14,40 kW. La capacidad de calefacción oscila entre 3,50 kW y 8,81 kW para el sistema más pequeño, y entre 6,70 kW y 20,36 kW para la versión más grande. La temperatura del agua de entrada es de 30ºC y la de salida, de 35ºC.

A temperaturas del agua más altas, de 50ºC a la entrada y 55ºC a la salida, la potencia calorífica oscila entre 3,15 kW y 7,98 kW para el sistema pequeño y entre 5,80 kW y 18,48 kW para el sistema grande. La temperatura máxima del agua de salida en ambos casos es de 75ºC lo que las hace viables para ser utilizadas con radiadores convencionales.


Además de las nuevas bombas de calor, EcoFlow también ha presentado su nuevo calentador de inmersión inteligente PowerGlow como solución para calentar agua con el excedente de energía fotovoltaica.

1 ene 2025

5 razones para pinchar la burbuja del hidrógeno verde en España

 

La energía catapulta a Aragón

Aragón encara la recta final del año con gran parte de los deberes hechos en materia económica. Las expectativas se han cumplido sobradamente, ya que se han comprometido inversiones por valor de 40.000 millones de euros en áreas que marcarán el futuro como la tecnología, la industria, la logística y la agroalimentación. Se trata de una cifra histórica que da dimensión del atractivo que ya tiene la comunidad para convertirse en un imán para las grandes multinacionales. Aunque esta realidad responde a varios factores, existe uno que ha resultado decisivo: la energía. En el año 2023, Aragón concentró más de la mitad de la nueva potencia eólica instalada en toda España (307 de los 607 megavatios), según el último estudio macroeconómico del Impacto del Sector Eólico en España, lo que da una idea de la apuesta de la comunidad por este recurso.

Los Gobiernos de Lambán y Azcón han coincidido, en la práctica, en ese diagnóstico, si bien las energías renovables fueron arma arrojadiza en el campo de batalla de las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2023 cuando el PP cuestionó la forma en las había impulsado el cuatripartido (PSOE, Podemos, CHA y PAR), se mostró muy combativo con su implantación en el territorio e incluso promovió una comisión de investigación que, finalmente, quedó en nada. La victoria electoral del líder popular y su toma de contacto con el potencial que la energía tiene para Aragón esfumó cualquier tipo de contraindicación hacia las renovables.

La energía, por tanto, parece haber hecho de pegamento en una política demasiado acostumbrada a sufrir sobresaltos y a generar tormentas inesperadas a escala nacional. Además, este recurso ha conseguido poner de acuerdo a populares y socialistas en una tierra ávida de desarrollo y sedienta de oportunidades. Así quedó patente también esta misma semana en las Cortes de Aragón, donde los votos del PP, el PSOE y el PAR –precisamente los tres partidos que, de forma intermitente pero sostenida en el tiempo, han estado gobernando la comunidad en las últimas décadas– dieron vía libre a la nueva ley de Energía. El objetivo de la norma es abaratar la factura de la luz para empresas y ciudadanos y atraer nuevas inversiones a la comunidad, además de fomentar el autoconsumo.

La energía, en definitiva, emerge como un recurso que marcará el futuro de Aragón en los próximos años, pero conviene gestionarlo de forma adecuada porque también puede volverse en contra.

España toca mínimos en dependencia energética


España alcanzó en 2023 su menor nivel de dependencia energética del exterior, según un análisis realizado por el Foro Industria y Energía (FIE) y Opina 360 a partir de datos del MITECO. La ratio de dependencia energética se situó, concretamente, en el 68,9 % frente al 70,6 % en 2022, debido a la combinación de un incremento de la producción interior de energía primaria (3,7 %) y, sobre todo, a unas menores importaciones netas de energía (-4,7 %). De hecho, ha sido el año en el que ha sido necesario importar una menor cantidad de energía neta en lo que va de siglo, sin contar el excepcional 2020 por la pandemia.

Según los expertos del FIE, a este descenso de la dependencia energética puede haber contribuido una menor demanda de la industria, tanto por la mayor eficiencia energética como, sobre todo, por la aportación del autoconsumo.

¿Es posible llegar a una dependencia del 50 % en 2030 como prevé el PNIEC?
Analizando los datos de las dos últimas décadas, se observa que el consumo interior de energía acumula una caída del 6,8 % desde el año 2000, a pesar de que el PIB ha crecido un 41,2 %. En este periodo, el descenso de las importaciones netas de energía ha sido más intenso (-14 %), porque una parte importante del consumo energético nacional ha quedado cubierto por la mayor producción interior, que ha subido un 18,9 % en estos años.

Según los datos del FIE y Opina 360, para alcanzar este objetivo, sería necesario reducir un 10,1 % el consumo total de energía respecto a 2023 y prácticamente doblar la contribución de las renovables (90,9%), sobre todo teniendo en cuenta que, con el cierre previsto de algunas centrales, la aportación de las nuclear se reduciría un 38 %.