Resulta sorprendente que, tan solo siete años después de la construcción de la primera batería realmente grande del mundo, la llamada Big Battery de Tesla en Hornsdale, se espere que la capacidad de almacenamiento en baterías en todo el mundo supere pronto a la de la tecnología de bombeo hidráulico, mucho más consolidada.
El hito ha sido señalado en LinkedIn por Marek Kubic, cofundador del proveedor estadounidense de almacenamiento en baterías Fluence, que ahora trabaja en Neom, el ambicioso proyecto de construcción y energías renovables de Arabia Saudí.
Kubik afirma que el hito -que espera que se produzca en 2025- es notable porque demuestra que la tecnología de almacenamiento en baterías, que a menudo se ridiculiza como una tecnología inmadura, es todo menos eso, y está mostrando un crecimiento exponencial.
“¿Por qué es importante?”, pregunta en LinkedIn. “Porque a veces todavía se considera que las baterías son una gota en el océano”.
“Una afirmación que se cita a menudo (la leí recientemente en el libro del profesor Mark Jacobson «No Miracles Needed») es que el almacenamiento energético por bombeo hidráulico (PHES) representa el 97% del almacenamiento instalado en la red. Esto era cierto hace unos años en sentido de MW, pero ha quedado rápidamente desfasado por las matemáticas exponenciales”, añade Kubic.
“Los BESS (sistemas de almacenamiento de energía en baterías) son ahora una clase de activos tan maduros y financiables como los PHES (centrales hidroeléctricas de bombeo), que durante mucho tiempo se han considerado el patrón oro de la madurez del almacenamiento de energía”, concluye Kubic.